De la luz a la estética: una mirada histórica a la evolución de las pantallas de las lámparas.

La primera referencia que tenemos en cuanto a instrumento de Iluminación se refiere, es la antorcha, hasta que en el Paleolítico Superior comenzaron a usar pequeños cuencos de arenisca que rellenaban con grasa animal y a la que incorporaban una mecha hecha de fibras. Así nacieron las lámparas de aceite. En la Edad del Bronce, comenzaron a fabricarse lámparas de aceite en piedra, terracota o metal y los diseños cada vez iban siendo más funcionales. Algunas civilizaciones como la mesopotámica, usaban aceite mineral (nafta) en vez de animal pero no fue hasta la Edad Media que hubo un giro en cuanto a diseño y especialización: las lámparas colgantes y de pie (imitando a las romanas) iluminadas con velas, aceite de colza o de nuez. 

Lámpara de grasa animalLámpara de aceiteLámpara medieval

La primera pantalla como concepto surge en París, a principios del s.XIX, con la incorporación del alumbrado con gas. A medida que las farolas comenzaban a inundar las calles de la capital francesa para alumbrar la vía pública, se quiso buscar un mecanismo que permitiera que al luz brillara hacia abajo y creara un ''charco'' de luz. Ello se consiguió a través de las primeras tulipas/pantallas de cristal o vidrio, las cuales se fueron popularizando debido a que la luz producida por el gas era muy brillante para los ojos. Gracias a ello, se empezaron a desarrollar los primeros modelos con tela, que consistían en un armazón de alambre y una tela de seda tensada sobre él, que luego era colocada cubriendo el tubo de  cristal. 

Farola de gasLámpara de QuinquéLámpara querosenoLámpara CárcelLámpara queroseno

A finales de la década de 1870, Thomas A. Edison inventa la bombilla (1879), consistente en un filamento incandescente que prende sin necesidad de combustible. Gracias a ello, si bien la pantalla todavía servía para tamizar la luz, ahora podía desempeñar funciones más ornamentales. Así surgió la pantalla victoriana, fabricadas principalmente con seda, encajes y volantes (siguiendo la moda de los vestidos de la época). En ocasiones, eran tan elaboradas que impedían el paso de la luz, creando interiores  lúgubres (tengamos en cuenta que las primeras bombillas no alumbraban tanto como las actuales). Ello no impidió que cada vez más gente dispusiera de pantallas en su casa, para crear ambientes acogedores y estéticos, cuyo diseño se fue simplificando con el tiempo. En 1910 surgen las pantallas eduardianas, cuyos armazones eran más complejos y los materiales usados eran el algodón o el lino, adornadas con flecos y abalorios. 

Pantalla victorianaLámpara eduardiana

Entre medias de ambas épocas, surge la figura de Louis Comfort Tiffany, un diseñador e interiorista americano que desarrolló su trabajo bajo los fundamentos del Art Nouveau europeo. Tiffany era pintor y diseñador de vidrieras que, tras un encuentro con Edison, imaginó el efecto que la luz creada por el invento de éste tendría al observarse tras el cristal de sus vidrieras. Así, entre 1895 y 1920, surgieron las lámparas Tiffany de vidrio coloreado (diseñadas por Clara Driscoll, Alice Gouvy y Agnes Northtop, entre otras, en Tiffany Studios).

Con la llegada del Art Deco, comienza a fabricarse tulipas de líneas más limpias y pantallas hechas de papel o tela clara, y aquí en cuando aparecen en escena las pantallas Flapper. De inspiración victoriana, son la tendencia en interiorismo de los felices años 20 y, como sus antecesoras, siguen las líneas de moda del momento, caracterizándose por sus abalorios, cuentas, flecos y bordados (imitando los míticos trajes flapper). Tras la Segunda Guerra Mundial, se fabricaron pantallas con tejidos de paracaídas y ropa usada. 

A mediados de siglo, surge un gusto por las formas geométricas y los diseños con forma de pirámide o cilindros, además de incorporarse materiales como la rafia o el papel. Es aquí donde nace la figura del diseñador y artista japonés Isamo Noguchi y sus lámparas Akari. Estas lámparas se caracterizaban por ser plegables y fácilmente montables, lo que permitió que la mayoría de la producción se realizara en Gifu (Japón). 

En los años 70, llega Laura Ashley y las pantallas de lámparas vuelven a tomar protagonismo en combinación con los cojines y las cortinas, volviendo a incorporar volantes en sus diseños. Como contraposición, en los siguientes años hubo un retorno hacia modelos sencillos, de líneas limpias y tonos claros, surgiendo modelos como el tambor o el empire. 

Pantallas AshleyPantallas Ashley

Hemos podido comprobar cómo la historia de la pantalla está ligada a la historia del arte y la decoración, moviéndose cual péndulo dentro de un continuo que tiene, en un extremo, las tendencias sobrecargadas y, en el otro extremo, las tendencias más sencillas. Actualmente conviven ambas, ya que encontramos gusto por las líneas simples y los materiales naturales, pero también nos encontramos ante un resurgir del diseño nórdico y el Mid Century. Independientemente de su estilo, las pantallas son un recurso estético y decorativo ideal para dar el colofón final a la decoración de una estancia.

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